viernes, 13 de febrero de 2009

Historia de un regalo

Eráse una madre que cumplía años el lunes 26 de enero, y una hija que terminaba exámenes el viernes 23.
La hija quiso regalar a su madre lo que ella más quería, cierta película en DVD, así que con todo su sueño y cansancio post-exámenes, después de comer un bocadillo en la cafetería, se dispuso a encontrar dicho regalo al mejor precio posible (que la cosa no está como para ir derrochando).

La hija fue a Fnac, conocida tienda y apreciada por sus miles de artículos en general y películas a buen precio en particular. Allí no estaba, no quedaban. La solución: encargarla. ¿Contras? No llegaría hasta la semana siguiente…

La hija se dijo que no había hecho tal esfuerzo de ir hasta allí para poder darle el regalo el mísmo día del cumpleaños como para quedarse sólo con esa solución.
Se fue al Corte Inglés. No habían.

La desesperación se apoderó de ella, y sólo pudo rendirse a la evidencia: la encargó en la Fnac.

Los días pasaban y el teléfono no sonaba, luego la película no llegaba.
La madre recibió un “vale por una película” confeccionado con mucho ingenio, pero la desesperación iba haciendo mella.
La hija se cansó de esperar y llamó al Fnac el viernes siguiente.
Horror: el encargado le comentó que esa película llevaba encargada desde octubre del año anterior y aún no la habían recibido.
El pánico reinó primero y de nuevo la resignación: compraría un pack junto con otro DVD desconocido y mucho más caro con tal de obtener la película. Lo reservó.

El fin de semana fue esperanzador: un familiar cercano que escuchó su triste historia se ofreció para buscarla en internet y mediante su tarjeta de crédito (indispensable para compras online) la encargaría.

Comenzó una nueva semana pero el familiar no daba señales. Una llamada y de nuevo la vida golpeaba con dureza: el precio del DVD más los gastos de envío superaban el precio del pack.

La batalla parecía del todo perdida.
Se planteó ir a comprar el pack ese mismo viernes… pero el cansancio la abrumó y pensó: “Si mi madre ha tenido que esperar tanto, un fin de semana más no agotará su paciencia”.

De pronto, el domingo, como un mensajero del cielo, el móvil sonó y habló la voz de la recompensa a tanta espera: esa película, ese DVD, con su precio reducido y recién llegada a la tienda, estaba finalmente disponible para ser comprada.
El corazón estalló de júbilo y finalmente, madre e hija pudieron disfrutar de esa película.
¡Y fueron felices y comieron palomitas!
~Fin~

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que al final se consiguió. Mare mia, por las odiseas que pasan las chicas guapas.

Gluvia dijo...

XDDDD. Me alegro un montón, lo merecían madre e hija.