miércoles, 30 de junio de 2010

Quítate la capa y el sayo

Bueno, parece que ya está empezando a ser, mejor dicho, a parecer, verano.
Y no lo digo porque sin gafas de sol ya me ciego por la calle, ni porque hoy he visto a Juanma después de varios días y la vida parece más bonita (que arte, lo meto así, como sin querer... xD); lo digo por un gato.

... mejor me explico: siempre que voy y vengo de la sala de estudio paso por una casa y en la ventana normalmente hay un gato persa (esa raza son bolas de pelo con patas) tumbado en plan "buena vida gatuna", de color gris muy mono. Pues ya es verano porque lo han pelao xD
Ahora es un gato pelao, y oye, está la mar de gracioso jajaja.




Estoy pensando... ¿pa'cuántas actualizaciones más me dará lo de la sala de estudio?xD

martes, 22 de junio de 2010

Pelea de gatas

Hoy he tenido que visitar la burocracia de la sanidad, vamos, el centro de salud para pedir citas y esas cosas, toda una odisea. Pero tranquilos que ese no es el tema jajaja.

El caso es que al volver a casa, andando, me veo a unas chiquillas en mitad de la carretera (no pasaban coches en ese momento) y una le está gritando a la otra y dándole empujones. Vamos, todo comienzo de una pelea -según mis observaciones, porque nunca he tenido ninguna... si no contamos aquello de la piedra en la cabeza en el cole y el acoso que sufrimos una amiga y yo por parte de un trío de macarras de otro instituto,claro-. Al tema, una ha empezado a pegar a la otra, y un chico de su misma edad (yo les hechaba unos 14-15) ha intentado pararlas con una parsimonia sorprendente.

Pero lo que me ha llamado la atención es que la chica que estaba siendo agredida sólo extendía los brazos como para poner distancia, no se defendía, incluso cuando la otra chica la ha tirado al suelo y le pegaba desde arriba. A todo esto, no penséis que me quedé mirando como un pasmarote, pasó en pocos segundos y lo ví desde cierta distancia, mientras andaba.
Y no es que quiera quedar bien, pero os prometo que pensé en lanzarme a separarlas, no me gusta la violencia, pero pensé que, sería peor meterme, quiero decir, yo no sé porqué se pelean, y habría podido pasar que meterme hubiera empeorado las cosas y... sip, hubiera podido recibir yo también.
En ese momento me sentí muy cobarde, la verdad, y aún me sabe mal no haber hecho nada. Algunos lo entendereis y otros pensareis que soy tonta por pensar en meterme en una pelea que no tiene nada que ver conmigo, pero bueno.
Al seguir mi camino, miré hacia atrás y ví que habían dejado de pegarse, mejor dicho, la que pegaba había parado. Al menos no fue mucho tiempo... nada, que me sabe mal.

En fin, opinad lo que querais, a veces quisiera ser maestra de algun arte marcial y parar estas cosas, jeje.

miércoles, 2 de junio de 2010

Frustrantes días de sala después...

Después del día de biblioteca (entrada anterior), se entiende, ¿no?.

No se si es sano que me ponga a escribir en mi estado catatónico post-primer-examen-suspendido-segundo-examen-no-presentado... pero aquí estoy, se ve que me gusta el riesgo.

Pero, aunque lo parezca, no estoy escribiendo para quejarme, simplemente informo de mi vida de estudiante en una sala en la que pasan cosas, como ya os dije xDD

Hoy la he vuelto a ver: una antigua "conocida" por la sala, gracias a unos taconazos de 10 centímetros de piel de serpiente verdes. No me ha costado reconocerla, porque aunque se ha cambiado de zapatos (a unos de tacón metalizado con flores, no preguntéis más porque duele solo de pensarlo) seguía llevando vaqueros al vacío un pelo negro teñido que parece despreciar al peine.

En contraste, esta tarde ha pasado una cosa muy graciosa, un pelín absurda para los estudiosos (incluídme ahí...) de alrededor, pero divertida:
En esta sala hay un pequeño cuartito con puerta y paredes de cristal, que está mas o menos insonorizado. Tiene una mesa y unas 4 sillas. Pues bien, se han metido allí un niño y una niña de unos 9 años, a hacer los deberes, supongo. A mitad de la tarde se oyen risas difusas, y un abrir y cerrar la puerta contínuo. En eso he seguido con la mirada a la niña, que salía muy sonriente del aseo llevando en su mano una bolita naranja. Cuando ha entrado al cuartito la ha apretado y ha mojado a chorro a su amigo.

Ha sido gracioso, pero me doy cuenta de que lo estoy contando con un toque triste. Y es que, ¿hay época que provoque más añoranza de la infancia que en exámenes? Creo que no.

Y con este texto tan, tan recargado (lo sientoooo!! no me sale mejoooor hooooy!!!), os dejo hasta la próxima!
Suerte en los exámenes!!!